BUENOS AIRES, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha decidido aplazar la confirmación de la designación de César Milani como nuevo jefe del Ejército, después de la polémica suscitada por su elección debido a su pasado durante la dictadura.
La semana pasada, la cadena El Trece desveló que el militar formó parte de la 'Operación Independencia' --los ataques de los militares contra la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)--, llevando a personas relacionadas con el grupo ante los tribunales y participando en la desaparición de soldados.
Según ha informado el bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Senadores en un comunicado, los pliegos de ascenso de los jefes de las tres fuerzas armadas y del Estado Mayor Conjunto han sido dejados sin efecto, hasta el momento de tratar la totalidad de los ascensos de las fuerzas armadas.
De acuerdo con el anuncio, la decisión ha sido tomada por la propia presidenta y comunicada al presidente de la Comisión de Acuerdos, Marcelo Guinle, y del bloque del FPV, Miguel Ángel Pichetto. Con esta decisión, la designación de Milani y los otros responsables militares tendría lugar en noviembre, según 'Clarín'.
Fernández, según el diario 'La Nación', está convencida de que el escándalo por la presunta actuación de Milani durante la dictadura es consecuencia de un "complot" para perjudicarla, pese a lo cual está decidida a mantener su decisión y por ello ha optado por aplazar su ratificación.
Las fuente oficiales consultadas por el diario apuntan a que la presidenta cree que detrás de las denuncias se mezclan los servicios de Inteligencia, que no controla la Casa Rosada, y se está aprovechando de ello la oposición.
Con su decisión de postergar el ascenso a teniente general de Milani en el Parlamento, Fernández busca ganar tiempo y quitar de la campaña para las elecciones primarias del 11 de agosto un debate incómodo, consideran tanto 'La Nación' como 'Clarín'.
Inicialmente estaba previsto que el ascenso de Milani se abordara este lunes pero el rechazo manifestado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), una asociación kircherista, y la escasa garantía de conseguir los votos necesarios en la Cámara Alta --donde algunos kirchneristas se habían mostrado reticentes-- hicieron que la presidenta cambiara de planes.
"La decisión buscó dar una salida al tema sin menguar la legitimidad presidencial para nombrar al jefe del Ejército", ha señalado una fuente oficial a 'La Nación'.