Sara Winter
HÉCTOR ESTEPA / EUROPA PRESS

   RÍO DE JANEIRO, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Jair Bolsonaro se ha convertido en el principal protagonista de las elecciones presidenciales brasileñas de este domingo. El candidato ultraderechista, un ex capitán del Ejército de 63 años, lidera todas las encuestas de intención de voto, con un polémico discurso alejado de lo políticamente correcto.

   Bolsonaro parece haber aglutinado a parte importante de los brasileños hastiados con los políticos tradicionales y la corrupción, especialmente a quienes denostan al Partido de los Trabajadores (PT) del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva (2003-2011). Es, por el contrario, acusado por sus detractores de machista, racista, homófobo y militarista.

   Cuenta con un 32 por ciento de intención de voto, según el último sondeo de Datafolha, pero con un 42 por ciento de rechazo, según una encuesta de la agencia Iobe. A Bolsonaro o le quieren, o le odian, un factor que da cuenta de la polarización existente en las presidenciales brasileñas.

   Lo que más llama la atención de los analistas es que alrededor del 60 por ciento de quienes apuestan por el conocido como 'Donald Trump' brasileño son jóvenes menores de 34 años. Entre ellos, el 30 por ciento es menor de 24 años. Son los más bisoños quienes están conformando la base electoral del candidato.

   Las cifras revelan un movimiento emergente de jóvenes de derecha en la primera economía de América Latina, que se mueve, sobre todo, por Internet: cientos de páginas y blogs conservadores, muchos de ellos dirigidos por menores de 35 años. De las redes han saltado a la calle para ocupar un espacio, dicen, en el que la izquierda ha sido hegemónica.

DE FEMEN A BOLSONARO

   Sara Winter es una de las principales caras de la derecha joven en Brasil. Lo deja claro su indumentaria: una camiseta que representaa un caballero templario luchando contra célebres izquierdistas como Lenin o Mao Tse Tung.

   Pero el caso de Winter es peculiar. No siempre fue conservadora. Al contrario, inició el movimiento feminista Femen en el país sudamericano. "Cada fin de semana prácticamente me desnudaba para protestar, muchas veces delante de una iglesia", dice la joven, de 25 años.

   Un aborto cambió su vida, volvió al catolicismo y ahora es una de las más conocidas activistas 'pro vida' de Brasil: "Tuve una presión muy grande por parte de mi grupo feminista para abortar. Estaba desesperada. Me produjo una hemorragia muy fuerte, casi me muero. No me dio nada, a diferencia de lo que me decían las feministas. No me empoderó. Tampoco me emancipó ni me dio libertad. Sólo heridas en mi cuerpo y en mi alma", señala Winter.

   "Cuando estaba con ellas me enamoré del discurso sobre la justicia social, la igualdad de la mujer y la posición contra la violencia sexual, que yo había sufrido, pero en realidad las feministas no están interesadas en cambiar la vida de las mujeres, sino en ganar dinero y fama y en luchar por cosas que verdaderamente no necesitan las mujeres que están sufriendo, como si se debe o no tener pelo en las axilas", añade.

   Winter, que hace poco era un azote para Bolsonaro, ahora se declara amiga personal del candidato presidencial. "Yo le odiaba cuando era feminista, pero ahora creo que es la mejor opción para Brasil. Nuestra generación de jóvenes está recogiendo los frutos que la generación anterior ha plantado. La generación de tratar a las víctimas de la sociedad con amor, que ha resultado ahora en la generación más violenta de todos los tiempos", explica la activista 'pro vida'.

   Pide mano dura contra los criminales en un país donde la violencia ha roto records por tercer año consecutivo. Al menos 63.880 personas fueron asesinadas en 2017 en Brasil.

   Bolsonaro ha prometido empoderar a la policía -que parte de los analistas ve ya como una de las más violentas del continente- además de un programa de registro de armas para la defensa de los ciudadanos, y aumentar penas para homicidas y narcotraficantes, además de instaurar la castración química para violadores.

   "Un policía brasileño tiene que pensar 10.000 veces antes de sacar su arma y disparar a un criminal que está portando un fusil, porque si mata al criminal va a pasar por un proceso burocrático muy grande y puede ser condenado por homicidio. En Brasil tenemos todos los derechos humanos para los presidiarios, para los violadores y para los homicidas, pero no para las embarazadas o las víctimas. Esa política es una desgracia. Los derechos humanos deben ser para todos", explica Winter.

   La activista 'pro vida' cree necesario una persona que ponga "orden" en la política. Bolsonaro lo ha prometido. Muchos de sus detractores critican que el candidato ultraderechista flirtea demasiado con el autoritarismo, justificando aspectos de la dictadura militar brasileña (1964-1985).

   "Yo no creo que fuese una dictadura, sino un régimen militar para impedir que el comunismo avanzase en Brasil y sí, estoy de acuerdo con él. También murieron muchos militares e inocentes en las manos de los comunistas. Hubo muchos atentados. Además, fue una dictadura muy blanda. Si murieron 200 personas en casi 25 años fue mucho", explica Winter, siendo consciente de que su posición es muy controvertida en Brasil.

   Bolsonaro es también considerado por sus detractores como machista. Le dijo a una diputada del PT que no la violaría "porque no lo merece" y defendió la diferencia salarial entre hombres y mujeres, reiteran sus críticos, que llegaron a organizar grandes manifestaciones contra el candidato a finales de septiembre.

   Winter, ahora candidata a diputada federal por Río de Janeiro por el partido Demócratas (DEM) de centroderecha, conoce al candidato y asegura que no es machista, ni racista. "Bolsonaro pronuncia la frase, ciertamente infeliz, contra la diputada, pero en el contexto de que ella le estaba acusando de violador, algo muy grave y totalmente falso. Por otro lado, su esposa no es completamente blanca. Es mestiza. Hay muchos amigos de él que son negros, e indígenas. Sólo está cansado del discurso de lo políticamente correcto".

   Bolsonaro parece también haber ganado votos no sólo entre quienes están hastiados por la violencia, sino también por la corrupción. "Hay que reforzar la investigación y condenar a aquellos corruptos. Ahora mismo se protegen entre ellos, y es necesario que se retire esa defensa que se hacen y vengan personas nuevas a regenerar", dice Felippe Chaves, otro joven seguidor de Bolsonaro que, como Winter, recuerda que al candidato presidencial no se le conoce corruptela alguna.

   Chaves es una figura controvertida en las redes. Administra una página en la red social Facebook llamada 'Furia y Tradición', con más de 46.000 seguidores, que defiende la masculinidad y los roles tradicionales del hombre y la mujer.

   Agradece que Bolsonaro sea un profundo defensor de la familia tradicional Y contra de las políticas inclusivas de género: "La falta de valores morales que guían a la población favorecen la promiscuidad y destruyen las familias, que son la base de la sociedad, creando situaciones de violencia. En muchas familias falta el elemento estabilizador que es el padre"

   Chaves defiende también la política de liberalización de la economía que propone el asesor financiero de Bolsonaro, Paulo Guedes. "En la economía de Brasil todo es dependiente del comercio. Se gasta mucho y se tarda mucho en crear una empresa y eso favorece su cierre en los primeros cinco años", explica.

   Y cree, como Winter, que la derecha debe recuperar los espacios artísticos. Otro defensor de Bolsonaro, el rapero 'Luiz, O Visitante', se ha subido al escenario para apoyar al líder conservador, liderando un movimiento conocido como 'Rap de Derecha'.

   El candidato ultraderechista se enfrentará probablemente en segunda vuelta a Fernando Haddad, candidato del PT del ex presidente Lula. Las encuestas pronostican un empate técnico entre ambos contendientes en un país donde la extrema derecha parece estar ganando espacios.

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