Publicado 27/04/2019 14:27

El Ejército de EEUU podría ampliar su presencia en la frontera con México a pesar de las dudas legales

Militares americanos bajan de un avión de combate
INTS KALNINS / REUTERS - Archivo

   WASHINGTON, 27 Abr. (DPA/EP/Notimérica) -

   El Pentágono se plantea estudiar la normativa que regula las interacciones entre militares y población civil antes de enviar un refuerzo de 300 soldados a la frontera con México para impedir la entrada de inmigrantes ilegales, a pesar de las restricciones legales frente a las intervenciones militares en territorio norteamericano.

   Esta medida está destinada a reforzar el papel del Ejército en la frontera al permitir a los militares que entren "en contacto directo" contra la población civil migrante.

   Estas nuevas tropas incluirán abogados militares para ayudar a los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza a procesar a los migrantes, así como conductores que ayudan a transportar a los migrantes detenidos y cocineros para proporcionarles comida, según fuentes oficiales.

   Se cree que el secretario en funciones de Defensa, Patrick Shanahan, autorizará esta modificación, que se extenderá a los 4.900 efectivos, tanto del Ejército como de la Guardia Nacional, actualmente desplegados en la frontera.

   Las tropas adicionales trabajarán bajo la supervisión de Aduanas y Protección Fronteriza para evitar violar la Ley 'Posse Comitatus', que prohíbe a los militares su intervención dentro de territorio estadounidense, según estas fuentes.

   Sin embargo, los congresistas demócratas creen que esta expansión de competencias contraviene directamente la ley. "Es un paso sin precedentes hacia la creación de una fuerza militar doméstica en activo, ha lamentado el representante demócrata por California Ro Khanna.

   "Insto al secretario de Defensa en funciones, Shanahan, a que abandone este desafortunado plan", ha añadido.

   Hasta ahora, las tropas han ayudado a construir barreras fronterizas, han realizado vigilancia, han volado helicópteros y han realizado otras tareas de apoyo. No se les permite detener a los migrantes, incautarse de drogas o realizar tareas de cumplimiento de la ley.

   El ex secretario de Defensa, Jim Mattis, ya expresó antes de dimitir su recelo ante la decisión de expandir el papel del Ejército. Shanahan, su reemplazo temporal, también ha resistido la presión de la administración Trump para involucrar todavía más a los militares, hasta el punto de plantearse la posibilidad de que pudieran hacer redadas en domicilios o tomar a los detenidos "bajo custodia exclusiva".

   En marzo, las autoridades de inmigración de EE. UU. Detuvieron a casi 93.000 migrantes en la frontera, el total mensual más alto en más de una década. La mayoría eran familias y solicitantes de asilo de América Central.