Actualizado 19/12/2018 12:50

El #MeToo argentino llega al Senado de la Nación

Senado de Argentina
REUTERS / AGUSTIN MARCARIAN - Archivo

   BUENOS AIRES, 19 Dic. (Notimérica) -

   La denuncia de la actriz argentina Thelma Fardín contra el también actor Juan Darthés por abuso sexual parece haber hecho explotar al movimiento #MeToo en las esferas más altas de la sociedad argentina. Si en un primer momento fue el mundo de la cultura el que levantó la voz, en los últimos días han sido el de la política.

   Un grupo de asistentes y colaboradas han señalado a dos senadores argentinos como presuntos culpables de abuso sexual, un hecho que hace que ambos se enfrenten a causas penales además del escrutinio y la condena pública a la que están siendo sometidos desde el anuncio.

   El primer caso fue confesado bajo juramento a un fiscal argentino por Claudia Guedel, una asesora del Congreso de Argentina que indicó haber sido abusada sexualmente por el senador Juan Carlos Marino, de la Unión Cívica Radical (UCR), de 55 años.

   Este, quien goza de una larga experiencia política, supuestamente acosó a Guedel en varias ocasiones vía telefónica para obtener su dirección particular, así como le tocó los senos. Tal y como han señalado fuentes del partido, Marino afirma ser inocente y ha asegurado que renunciará a sus fueros parlamentarios si es necesario.

   La segunda denuncia procede de Stephanie Calo, militante de La Cámpora (la agrupación juvenil del kirchnerismo, liderado por el hijo de los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner, Máximo Kirchner), quien asegura que fue forzada a tener sexo oral en 2017 por el senador del partido por la provincia de Buenos Aires, Jorge Romero.

   Romero ha indicado a través de su página de Faceboook que como "varón criado en una sociedad patriarcal" pudo haber confundido "prácticas machistas que en ese momento parecían naturales", asegurando posteriormente que renunciará a sus "responsabilidades políticas" de ser necesario.