Actualizado 07/01/2015 10:26

Presos políticos que aguardan liberación en Cuba: espías, amas de casa o exiliados

Raul Borges padre de un preso político en Cuba
Foto: REUTERS STAFF / REUTERS

LA HABANA, 7 Ene. (Reuters/Notimérica) -  

   Un espía, un ama de casa, o un exiliado forman parte de la mezcla de prisioneros cubanos que esperan ser liberados después de que Cuba se comprometiera a liberar a 53 personas consideradas presos políticos por el Gobierno de Estados Unidos.

   Entre ellos se encuentra Ernesto Borges, un oficial de contrainteligencia entrenado por la KGB, que está en una prisión cubana desde hace 16 años por intentar pasarle secretos a un diplomático de Estados Unidos en Cuba.

   A su vez, Haydee Gallardo, de 51 años, es un ama de casa que se involucró en la política hace solo dos años porque creía que sus hijos habían sido encarcelados injustamente por delitos comunes.

   Se unió al grupo opositor conocido como 'Damas de Blanco' y tanto ella como su marido fueron puestos tras las rejas después de gritar consignas contra el gobierno en mayo.

   Otro de los que aguardan su liberación es Armando Sosa, quien era parte de un pequeño grupo de exiliados armados capturados cuando llegaron a Cuba, al parecer con la intención de iniciar una insurrección. Ha estado en la cárcel durante 20 años.

   Los tres tienen poco en común, pero sus casos representan el de docenas de personas que ahora están bajo los reflectores después de que Cuba se comprometiera a liberar a 53 personas consideradas presos políticos por el Gobierno de Estados Unidos.

   La liberación de prisioneros es parte de un acuerdo cerrado el mes pasado entre Washington y La Habana para retomar las relaciones diplomáticas entre los viejos enemigos, que buscan acabar con más de cinco décadas de hostilidades mutuas.

   Pero muchos de los 53 aparentemente están aún en prisión.

   El Departamento de Estado norteamericano dijo el martes que algunos habían sido puestos en libertad, pero no dijo cuántos ni quiénes eran. Tampoco el Gobierno cubano ha dicho quiénes son los presos en la lista ni cuándo serían liberados.

   Los familiares de los que podrían ser liberados están desesperados por noticias.

   "No sabemos nada acerca de lo que está pasando. Nadie nos ha dicho nada", dijo con la voz quebrada por la angustia Reinyer Figueredo, de 32 años de edad, hijo de Gallardo y de su esposo Ángel Figueredo.

   El hombre dijo que su madre sufre de asma y de hipertensión arterial y que ha perdido peso desde su detención.

UN CENTENAR DE PRESOS POLÍTICOS

   Grupos disidentes en Cuba dicen que hay cerca de 100 personas tras las rejas por razones políticas -incluyendo a Gallardo, Borges y Sosa- y que la mayoría de ellos fueron encarcelados por participar en manifestaciones pacíficas.

   Eso significa que decenas de presos no serían beneficiados por el acuerdo entre Estados Unidos y Cuba.

   El Gobierno de Cuba suele acosar a activistas disidentes. La pasada semana, por ejemplo, fueron detenidos varios prominentes opositores por uno o dos días para impedir que asistieran a una manifestación organizada por una artista plástica.

    Las autoridades de la isla insisten en que no hay presos políticos en Cuba y catalogan a los disidentes como "mercenarios" al servicio de Estados Unidos.

   Los funcionarios estadounidenses dicen que 53 presos serán liberados. Pero el presidente cubano, Raúl Castro, hasta ahora  ha hablado sólo de la liberación de un número de personas por las que el gobierno de Estados Unidos "había mostrado interés".

    Los prisioneros se han convertido en una prueba de fuego para el plan de retomar las relaciones Estados Unidos-Cuba.

   Quienquiera que sea liberado -se trate de manifestantes pacíficos, cubanos que espiaban para Washington o incluso radicales cubano-estadounidenses que desembarcaron en la isla con violentas intenciones- enviará un señal de las prioridades de Estados Unidos, y lo que está dispuesta Cuba a ceder en una nueva era de acercamiento.

DESILUSIONADOS

   El de Borges es un caso raro de un ex miembro de los servicios de inteligencia de Cuba que terminó en la cárcel por supuestamente volverse contra el Gobierno.

   Detenido en 1998, fue condenado a 30 años por tratar de entregar un expediente a un diplomático estadounidense identificando a 26 agentes cubanos entrenados para infiltrarse en Estados Unidos, según dijo su padre Raúl Borges, de 74 años.

   Borges padre, que también es un ex oficial de inteligencia cubano, dice que su hijo habla fluido en inglés y ruso, y pasó cuatro años de formación en la KGB, donde fue testigo de la caída de la Unión Soviética.

   Luego volvió a Cuba desencantado con el comunismo y decidido a dejar al descubierto espías cubanos en Estados Unidos.

   "Mi hijo arriesgó su vida para proteger a los Estados Unidos de 26 espías cubanos. Le pido al presidente Obama que considere su caso", dijo su padre.

   Borges dijo que su hijo se convirtió al catolicismo en la cárcel y, si lo liberan, es probable que viaje a Toronto para pasar tiempo con su hija de 19 años, a la que no ha visto en nueve años. "Necesita un descanso, refugio y afecto", dijo.

   Estados Unidos también podría buscar la liberación de algunos exiliados cubanos que, al igual que Sosa, cumplen penas de prisión por cargos relacionados con el terrorismo, acusados de entrar a Cuba con armas para atacar instalaciones del Gobierno.

   Disidentes cubanos han puesto a ocho exiliados en una lista de personas encarceladas por motivos políticos -y a otros cuatro que fueron arrestados el año pasado - aunque admiten que podrían no calificar como presos políticos porque violaron leyes internacionales.

   Sin embargo, su liberación podría ayudar a la Casa Blanca a apaciguar a los críticos en la comunidad cubano-estadounidense, muy influyente de Miami, sobre la nueva política hacia Cuba.

   Sosa fue encarcelado en los años posteriores a la revolución de 1959 encabezada por Fidel Castro, y más tarde partió a Estados Unidos tras un acuerdo de amnistía. Pero regresó a Cuba como parte de un pequeño grupo armado en 1994, fue rápidamente capturado y ha estado en la cárcel desde entonces.

   Otros dos exiliados que participaron en ese mismo intento fallido también siguen en prisión junto a otros dos opositores  detenidos en 1991, tres en el 2001 y otros cuatro capturados el año pasado, todos por cargos similares.

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