Actualizado 04/11/2017 08:45

¿Conoces la Cárcel del Fin del Mundo?

Uno de los pasillos de la Cárcel del Fin del Mundo
Uno de los pasillos de la Cárcel del Fin del Mundo - WIKIMEDIA COMMONS
Petiso Radowitzky Banks

   BUENOS AIRES, 4 Nov. (Notimérica) -

   La ciudad de Ushuaia fue el lugar escogido para construir uno de los presidios más recordados de la historia argentina del siglo XX: el penal de Ushuaia, mejor conocido como la Cárcel del Fin del Mundo. Las paredes de este correccional albergaron a los criminales más famosos del país.

   El penal se edificó en la ciudad argentina de Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en 1896 y comenzó a estar operativo desde 1902. Las duras condiciones climatológicas --con bajas temperaturas casi todo el año-- y el aislamiento geográfico --estaba en la provincia más alejada del país-- eran perfectas para construir una cárcel.

   El centro disponía de cinco pabellones principales --dispuestos en forma de estrella-- alrededor de un vestíbulo central. Cada uno de estos contaba con dos plantas en las que se alineaban las celdas. El penal tenía una capacidad para unos 500 presidiarios, aunque si se sobrepasaba este número las caballerizas se convertían en improvisadas celdas que podían alojar entre 40 o 50 presos más.

   Los reclusos contaban con rudimentarios talleres de carpintería, zapatería, herrería, panadería, imprenta y mecánica que servían para mantener operativo el centro. Además, los presidiarios modelos eran puestos a talar árboles y ayudar en los trabajos de construcción pública de la ciudad.

   LOS PRISIONEROS MÁS FAMOSOS

   La Cárcel del Fin del Mundo se construyó para albergar a criminales reincidentes, peligrosos o por oponerse al gobierno imperante del país. Durante los 45 años que el centro permaneció en funcionamiento pasaron muchos presos y algunas de sus historias se volvieron leyenda.

   Una de las más conocidos es la de Cayetano Santos Godino, conocido como 'Petiso Orejudo', que a principios del siglo XX asesinó a varios niños convirtiéndose en el primer asesino en serie de Argentina. Llegó al correccional en 1923 y permaneció allí hasta su muerte en 1947. Dentro sufrió palizas y abusos por parte de los otros reos, debido a que mató a un gato que era la mascota del cárcel.

Petiso

   Otra de las leyendas del Penal de Ushuaia es Simón Radowitzky, un anarquista ruso-argentino, que fue sentenciado a cadena perpetua por matar a un policía durante la semana roja de Buenos Aires en 1909. El 7 de noviembre de 1918, gracias a la ayuda de compañeros anarquistas chilenos y argentinos, logró huir de Ushuaia.

  Radowitzky 

   Radowitzky se las ingenió para conseguir un traje de carcelero y aprovecho el cambio de guardia para salir. Una vez fuera cogió un bote y puso rumbo a Punta Arenas (Chile). Sin embargo, allí fue capturado y devuelto al penal, donde se le condenó a dos años en aislamiento solitario. Finalmente, Radowitzky fue liberado gracias a la ayuda del presidente argentino Hipólito Yrigoyen en 1930.

   Otra de las historias que merece la pena contar es la de Mateo Banks, apodado el 'Mateocho', acusado de matar a su familia para heredar su fortuna. Banks, poseedor de una granja llamada 'La Buena Suerte', decidió el 18 de abril de 1922 coger su rifle Winchester y matar a su hermano, la primera de sus ochos víctimas.

Banks

   Inmediatamente después de esto, se dirigió a la finca 'El Trebol' --también perteneciente a su familia-- y asesinó a dos peones, a sus dos sobrinas, a su cuñada y a sus otros dos hermanos. Se le sentenció a ir a Ushuaia, donde cumplió condena desde 1924 hasta 1947.

   EL CIERRE DE LA CÁRCEL

   Durante el gobierno de Juan Domingo Perón la cárcel fue duramente criticada, ya que en ella se torturaba a los presos de manera brutal y se les trataba de forma inhumana. Por ello, el presidente decidió clausurarla alegando motivos humanitarios en 1947. Desde ese momento este edificio se volvió un mito, al igual que los que alguna vez estuvieron entre sus cuatro paredes.

   La Cárcel del Fin del Mundo actualmente se ha transformado en dos museos inaugurados en 1994: el Museo Marítimo y el Museo del presido de Ushuaia. En este último se exhibe la historia del correccional más conocido del país y principal reclamo turístico de la ciudad.

   A lo largo de todo el penal se pueden ver murales y representaciones de lo que fue la cárcel antaño. También se pueden observar estatuas de algunos de los presos más famosos en las celdas que una vez ocuparon y que han hecho que la Cárcel del Fin del Mundo se vuelva un mito.