MADRID, 17 Abr. (Notimérica) -
El Estado peruano ha sido víctima más de la corrupción política, extendida por toda la región latinoamericana, desde hace décadas. Sin embargo, y como se ha podido comprobar más tarde, la llegada del nuevo milenio trajo consigo un nuevo caso de corrupción a Perú (y casi a la totalidad de los países sudamericanos), la trama Odebrecht.
Un total de cuatro exmandatarios de Perú están siendo investigados por la Fiscalía por presuntos vínculos con la constructora brasileña Odebrecht en forma de sobornos o aportaciones económicas no declaradas para sus respectivas campañas electorales. Dos de ellos, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, ya han pisado la cárcel por ello.
Este miércoles, y después de una semana de alboroto por la detención del último presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, las autoridades peruanas procedían a hacer efectiva la orden de detención del expresidente Alan García, de 69 años, en su casa realizada por los fiscales del Equipo Especial Lava Jato, encargados de la investigación de la trama de corrupción.
Sin embargo, ante los hechos, el exmandatario ha decidido en ese preciso momento encerrarse en su habitación y dispararse en la sien, tal y como han señalado fuentes a la emisora Radio Programas del Perú (RPP).
Las autoridades han trasladado al político al hospital Casimiro Ulloa de Miraflores, situado a 600 metros del domicilio del expresidente, en el excluisvo barrio capitalino de Miraflores, quien ha ingresado a las 6:45 horas de la mañana en estado "muy grave" y "muy crítico" por el impacto de bala, como ha sostenido la titular peruana de Salud, Zulema Tomás.
Presidente del Ejecutivo de Perú entre 1985 y 1990, así como entre 2006 y 2011, con Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Alan García fue señalado por la trama Odebrecht en relación a presuntos sobornos en la construcción de la Línea 1 de Metro para Lima. Se trataba de un proyecto en el que estaba involucrada la constructora brasileña, y por el que este miércoles también han sido detenidos Luis Nava, ex secretario general de Presidencia, y Miguel Atala Herrera, ex vicepresidente.
Sobre García pesaban acusaciones de colusión, lavado de dinero y tráfico de influencias ligadas a la concesión a Odebrecht de dicho tren. Nuevas investigaciones y un acuerdo de colaboración firmado el 14 de febrero entre el Equipo Especial de fiscales Lava Jato y Odebrecht, dieron como resultado pruebas que evidencian que la constructora brasileña habría entregado hasta 4 millones de dólares a Nava, mano derecha de García en su segundo mandato.
Ante ello, García respondió a la prensa local: "A mí no se me menciona, espero que las personas mencionadas respondan y hagan sus descargos y que el 23 [de abril] el señor Barata termine con esta telenovela ante los fiscales. Estoy con impedimento de salida del país que ya es una sanción, soy el hombre más investigado en Perú en los últimos 30 años", recoge el diario 'El País'.
El expresidente siempre ha defendido siempre su inocencia. De hecho, este martes reiteraba a través de una publicación de Twitter que "Como en ningún documento se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza, sólo les queda la ESPECULACIÓN o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está probado".
En noviembre, y después de que se le negara la posibilidad de salir del país, García solicitó asilo sin éxito a Uruguay tras refugiarse en la Embajada uruguaya en Lima. Desde entonces, permanecía en su residencia de Lima, donde este miércoles se ha quitado la vida cuando iba a ser detenido e ingresado en prisión de forma provisional.