Publicado 11/07/2015 19:41

Exempleados paraguayos se crucifican para pedir ayuda del Papa Francisco

Pope Francis waves to the crowd of faithful while riding in a popemobil in Asunc
STRINGER PARAGUAY / REUTERS

   ASUNCIÓN, 11 Jul. (Notimex/Notimérica) -

   Acostados en cruces, con los brazos extendidos y las palmas de las manos atravesadas con clavos, siete extrabajadores de la empresa eléctrica paraguayo-brasileña Itaipú esperan el apoyo del Papa Francisco durante su estancia en Asunción.

   El pontífice, que llegó este viernes a la capital paraguaya, última escala de la gira sudamericana que lo llevó a Ecuador y Bolivia, permanecerá aquí hasta la noche del domingo, cuando partirá de regreso a Roma.

   Animados por el anuncio de su visita, los extrabajadores reforzaron una protesta que dura décadas, y siete de ellos se ofrecieron a crucificarse a la espera del pontífice, quien por la tarde del viernes, en uno de sus múltiples recorridos por Asunción, alcanzó a ver el campamento ubicado frente a la embajada de Brasil.

   Los crucificados permanecen en carpas de chapa y cartón, acompañados por familiares y compañeros de lucha que ya no saben qué más hacer para llamar la atención de las autoridades.

   Sorprende que hayan decidido que la crucifixión fuera real, ya que largos clavos atraviesan sus manos, mientras son custodiados por un altar que protagoniza un Papa Francisco en una fotografía de tamaño natural.

   Carlos González, coordinador del Grupo de ex Trabajadores de Itaipú y Contratistas, explicó que la represa comenzó a construirse en 1974, todavía bajo la dictadura de Alfredo Stroessner, se concluyó hasta 2003, y desde entonces opera con normalidad.

   "Lo que nunca fue normal fue el incumplimiento de los compromisos firmados con los trabajadores que construimos la obra", afirmó al recordar que de las más de 30 mil personas que tuvieron un contrato, por lo menos 10 mil continúan en lucha.

   Agregó que en 1985 comenzaron a exigir los beneficios laborales que les habían prometido, tomando en cuenta las leyes del trabajo de Brasil y Paraguay, pero la empresa jamás quiso reconocer sus derechos.

   Vales mensuales de despensa, porcentaje extra salarial por cada año trabajado, pago de vacaciones e indemnización por desarraigo son algunas de las principales demandas de los trabajadores que esperan que el Papa obre un milagro con ellos.

   "Tenemos fe y esperanza en Francisco, su presencia en nuestro país puede traer bendiciones, desde que fue elegido como Papa le mandamos un expediente con nuestro caso a través del arzobispo de San Pablo", explicó González.

   También mantienen contacto con el pontífice desde la Nunciatura y la Conferencia Episcopal de Paraguay, añadió. "Y tenemos confianza en que nos ayudará porque está demostrando su preocupación por los más humildes. Nosotros somos ese pueblo que él tanto está defendiendo", dijo.