Publicado 14/01/2019 21:19

Los grandes beneficios para la ultraderecha brasileña que tiene la detención del italiano Cesare Battisti

Cesare battisti
TWITTER

   RIO DE JANEIRO, 14 Ene. (Notimérica) -

   Cesare Battisti, de 64 años, era detenido este sábado en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) por un grupo de la Interpol después de permanecer residiendo en Brasil desde hace ocho años, desde donde huyó en diciembre para no ser extraditado a Italia. Precisamente, en el país europeo Battisti fue condenado a cadena perpetua hace cuarenta años por su participación en cuatro asesinatos.

   Este lío de circunstancias y nacionalidades tiene, en primer lugar, un perjudicado: Bolivia; pero, como guinda del pastel, dos grandes y aliados beneficiarios: el presidente Jair Bolsonaro y el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini. Dada la oportunidad, los dos ultraderechistas se han mostrado cercanos el uno al otro, mostrando un guiño público a través de Twitter.

   Esta historia tiene su inicio hace más de cuatro décadas, pero todo volvió a salir a la superficie el pasado mes de diciembre, cuando el entonces presidente de Brasil, Michel Temer, reactivó la búsqueda de Battisti --quien se encontraba en el país desde 2004, tras pasar por Francia y México--. Italia, que lleva años solicitando a Brasil la extradición de Battisti, trató de ejercer presión en ese momento tentando directamente al nuevo presidente: "Daré un gran mérito a Bolsonaro si ayuda a Italia a tener justicia dándonos ese regalo", dijo Salvini a través de las redes sociales.

   Dicho, y hecho. Este sábado, Battisti fue detenido en territorio boliviano, país al que había solicitado asilo: "Solicito a ustedes tengan a bien procedimentar mi requerimiento humanitario y se me conceda la calidad de refugiado, garantizando así seguridad, mi libertad y mi vida", indicaba el italiano a través de una carta presentada ante la Comisión Nacional de Refugio de Bolivia el pasado 18 de diciembre. Este hecho supone que las autoridades boliviana conocían la presencia del italiano en el país y que no se encontraba huido, sino a la espera de una resolución institucional.

   Battisti alegó en su petición de asilo que era inocente de los homicidios que se le imputan, así como que si bien formaba parte de la organización Proletarios Armados por el Comunismo, no formaba parte del Comité Central desde mayo de 1978. Tras ser encarcelando por "asociación subversiva y posesión de arma de fuego", se escapó de la cárcel en 1981 como un "acto de justicia".

   De ahí, se exilió a México y posteriormente a Francia, donde se acogió a la 'doctrina Mitterand' hasta que los Gobiernos de Berlusconi y Sarkozy volvieron a juzgarlo "por un hecho ya juzgado", dice en su carta. A partir de entonces, Battisti alega que fue apoyado por Lula da Silva, quien le concedió la residencia permanente en Brasil en 2010, permaneciendo en el país sudamericano hasta el pasado mes de diciembre.

   El anticomunismo públicamente acreditado del primer ministro italiano y del presidente brasileño ha llevado a que ambos se hayan mostrado muy cercanos tras la reciente noticia. Jair Bolsonaro y Matteo Salvini, han hecho patente su buena relación en una conversación telefónica que han mantenido este lunes tras la extradición de Cesare Battisti a la nación transalpina desde Suramérica.

   "Feliz con la conversación telefónica con el presidente Jair Bolsonaro", ha escrito el ministro italiano en un tuit al que el mandatario brasileño ha respondido con otro: "Un gran abrazo". Horas antes, Salvini ha dado las gracias al Gobierno de Bolsonaro por "permitirnos cerrar el problema de Battisti", exlíder de los Proletarios Armados por el Comunismo condenado 'in absentia' en Italia prófugo desde 1981.

   Bolsonaro ya había manifestado su intención de permitir la extradición de Battisti. "Brasil no será nunca más refugio de marginales o bandidos disfrazados de presos políticos", dijo a última hora del domingo en un mensaje en dicha red social. Además, Salvini se ha comprometido a reunirse "pronto" con Bolsonaro "para fortalecer los lazos entre nuestros pueblos y nuestros gobiernos, así como nuestra amistad personal".

   El ministro de Interior ha subrayado que, si bien "hoy es un día de celebración para los italianos", es tan solo "el comienzo de un viaje porque aún hay muchos terroristas, demasiados, en libertad".