Actualizado 20/11/2014 20:44

Más 1,1 millones de brasileños viven en antiguas áreas de esclavos

Más de 1,1 millones de brasileños todavía viven en quilombos
Foto: JAMIL BITTAR / REUTERS

SÃO PAULO, 20 Nov. (Notimérica) -

   Brasil celebra este jueves el 'Día de la Conciencia Negra' en recuerdo de Zumbi dos Palmares, un apreciado líder antiesclavista que dio su vida un 20 de noviembre de 1695 cuando luchaba por la libertad del quilombo --antiguas áreas de resistencia de esclavos-- de los Palmares, una gran comunidad formada por esclavos negros huidos que desde entonces se ha convertido en símbolo de las reivindicaciones de los brasileños de piel oscura.

   Aunque en Brasil la idea de quilombo está muy relacionada con este importante momento histórico, estos sitios siguen existiendo y son habitados por los descendientes de los antiguos esclavos. De hecho, la Constitución Federal de 1988 reconoce la propiedad definitiva de estas tierras a sus remanecientes.

   Desde entonces, hubo un gran debate sobre qué define a un quilombo, ya que actualmente poco se parecen a lo que fueron hace más de un siglo. Actualmente los quilombos, presentes en 25 estados del país, no están aislados ni tampoco tienen una población homogénea; pero poseen una identidad étnica.

   El proceso de reconocimiento de cada estado todavía está en marcha. En São Paulo, por ejemplo, hay 32 comunidades del género reconocidas por el estado, donde viven 1.395 familias. En entrevista a la Agência Brasil, la secretaria de Justicia y Defensa de la Ciudadanía, Eloísa de Souza Arruda, explicó que el proceso de reconocimiento es muy complejo, pues hay que comprobar la veracidad del origen del quilombo. Actualmente hay alrededor de 2.500 comunidades quilombolas reconocidas en Brasil, donde viven 1,17 millones de personas.

   Desde el último día 17 de noviembre, con la aprobación de la Ley 13.043/14, las comunidades quilombolas reconocidas ya no tienen que pagar el Impuesto Territorial Rural. Pero la situación todavía es bastante difícil: el 74,7% de las familias quilombolas están por debajo de la línea de pobreza; y el 79,2% no posee energía eléctrica, según estudio del Gobierno Federal.

ZUMBI, EL ESCLAVO MÁS FAMOSO

   La historia de Zumbi se enmarca en el Brasil colonial que empleaba a cientos de miles de esclavos traídos de África para sostener la economía. Algunos de ellos conseguían escapar de las cárceles o de las granjas en las que trabajaban sin descanso y se reunían en quilombos en zonas apartadas, en los que instauraban sociedad paralelas a imagen y semejanza de los reinos africanos. El de Palmares, ubicado en la Serra da Barriga -en el actual estado de Alagoas-- era uno de los más grandes; llegó a tener varios núcleos de población y alrededor de 30.000 habitantes.

   Zumbi nació libre, pero de pequeño, cuando apenas tenía seis o siete años, fue capturado y entregado al misionero Antonio Melo. Fue bautizado en la religión católica como 'Francisco' y durante su infancia aprendió portugués, latín y ayudaba en la iglesia como monaguillo, pero con quince años escapó hacia el Quilombo de Palmares. Empezaba su historia como líder de la comunidad.

   En 1678 Palmares era una fuente de problemas para las autoridades portuguesas, así que el Gobernador de la Capitanía de Pernambuco, Pedro de Almeida, decidió ofrecer al líder del quilombo, Ganga-Zumba, un pacto: la libertad de todos los negros de Palmares siempre y cuando se sometieran a la Corona Portuguesa. Ganga-Zumba aceptó, pero Zumbi -que era su sobrino-- rechazó el pacto al considerar inaceptable dar la libertad tan solo al pueblo de Palmares cuando todavía había miles de negros siendo esclavizados. Al mostrar esa contundencia Zumbi se convirtió en el nuevo líder del quilombo.

   Pero quince años después, y ante las dificultades para doblegar al quilombo, los portugueses contrataron al 'bandeirante' Domingos Jorge Velho para organizar una invasión definitiva. El 6 de febrero de 1694 sus tropas arrasaron la capital de Palmares y Zumbi resultó herido, aunque consiguió escapar. Pasó refugiado en la sierra casi dos años, pero fue delatado por un antiguo compañero y el 20 de noviembre de 1695 fue asesinado y degollado. Su cabeza estuvo expuesta durante días en el centro de Recife para atemorizar a la población y desmentir los rumores de que Zumbi era inmortal.

   Con la llegada de la democracia a Brasil, se empezó a recuperar su legado y la fecha de su muerte se convirtió en 1995 en el Día de la Conciencia Negra, festivo en algunos estados y ciudades de Brasil. Estatuas en su honor pueblan las plazas del país y hasta el aeropuerto de Maceió, en Alagoas, lleva ahora su nombre.

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