MADRID, 10 Feb. (TRENDSmérica) -
La diseñadora Agatha Ruiz de la Prada ha presentado su colección en el cierre de la semana de moda de Madrid. Fiel a su estilo, una vez más la diseñadora trajo a la pasarela el color presentes en sus icónicos corazones, nubes y lazos.
Sus modelos radiantes al ritmo de Madonna y su 'Sorry', y de los Bee Gees con su 'Stayin'Alive' adentraban a una pasarela multicolor de lo más alegre.
Sobre su pasarela hemos podido ver una colección práctica y muy confortable en la que han reinado los maxi cinturones y maxi chalecos. Piezas en corte cocoon y oversize que favorecieron a sus pantalones pitillos y faldas.
La alegría multicolor de esta colección con motivos tan juveniles se ha visto en los vestidos de corte evasé y chaquetas que tenían un cierto aire de kimono. La modista ha hecho un recogido en esta colección que iba del corte sastre al estilo japonés.
Vestidos camiseros, cilíndricos, capas, largos, cortos, de chester y de patchwork se suman a la legión de amazonas del siglo XXI que han tomado la pasarela madrileña.
La seda 100 por ciento en satén, de diversos gramajes lisos y estampados o clásicos dupiones y mikados, ha estado presente en muchas de las prendas que han pasado por esta pasarela en la que se han juntado lanas en paños para abrigos, en recios crepés para pantalones o más ligeros para vestidos.
El terciopelo, poco visto en los demás desfiles, tuvo también su protagonismo en la colección de Agatha Ruiz de la Prada, apareciendo junto con jaquards personalizados en variedad de efectos como topos, flores o estrellas, realizados en algodón o con hilos de metal en grandes brocados de corazón.
Los metalizados de polipieles, pelo y peluches con acabados lacados y brillantes para abrigos y monos, neoprenos dobles y de rejilla con bordados de cientos de corazones multicolores. Para la fiesta la microlentejuela es la reina tanto de tonos lisos como en bicolor sobre la que puedes realizar tu propio estampado.
Sin duda, la colección de Agatha Ruiz de la Prada tiene todo el atrevimiento y diversión que la semana de moda madrileña ha podido ver. Tanto es así que sus modelos eran la demostración fiel de que la modista quiere vestir a una mujer moderna, pero sobre todo feliz.