Jóvenes en Iberoamérica
NOTIMÉRICA
 

   MADRID, 1 Jun. (Notimérica) -

    Los jóvenes iberoamericanos que no estudian, ni trabajan, ni reciben capacitación (NEET) corren el riesgo de ser marginados de manera permanente del mercado laboral según indica el informe 'Perspectivas económicas de América Latina 2017: Juventud, Competencias y Emprendimiento', elaborado recientemente por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en colaboración con la Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

   De acuerdo con el estudio, el panorama para Iberoamérica ha cambiado durante las últimas décadas, momento en el que las políticas públicas se han hecho más inclusivas y la clase media ha alcanzado 35 por ciento de la población total de la región. Sin embargo la inclusión para los jóvenes no crece al mismo ritmo.

   

   Uno de los principales problemas es que los programas educativos no fomentan a los jóvenes a inclinarse por competencias técnicas en las que puedan desarrollar gestiones de alto nivel y que les permitan cambiar más fácilmente de empleo y adaptarse a condiciones externas.

   Tampoco existe un sistema de búsqueda de empleo eficiente que posibilite a los sistemas internos de los países recopilar información sobre las competencias que poseen los individuos y las que necesitan las empresas.

   En Iberoamérica hay pocos emprendedores de alto nivel y muchos emprendedores de subsistencia. Los jóvenes tienen más dificultades que un adulto al momento de acceder a instrumentos de financiación. En la región, solo el 13 por ciento de los jóvenes empresarios tienen una educación de tercer nivel.

   La situación es menos favorable para los jóvenes que abandonan el sistema educativo demasiado pronto, puesto que para ellos encontrar trabajo se convierte en un reto. En la región, un tercio de la población juvenil (43 millones) no ha completado la educación secundaria, por lo que acceden a empleos informales o directamente pasan a ser inactivos. Para el economista jefe para América Latina de la OCDE, Ángel Melguizo, la informalidad en el mercado laboral es "una trampa que dura y afecta en el tiempo".

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   Como propuesta, en el informe se indica que más allá del microcrédito para aquellos jóvenes emprendedores, los instrumentos de financiamiento deberían ser más flexibles, por ejemplo, con respecto al historial crediticio, garantías y riesgos, en la medida de que deberían estar más adaptados a sus necesidades y oportunidades.

   Otra solución que se plantea es identificar carencias y brechas a través de un sistema adecuado de búsqueda de empleo que permita a los países planificar las necesidades futuras, así como incrementar el nivel de producción y competitividad de los jóvenes para un mejor encaje.

   Finalmente, el reporte señala que las competencias y el emprendimiento pueden ayudar a los jóvenes para desarrollar actividades económicas en un futuro y transformar la política de la región, facilitando la transición de la escuela al mundo del trabajo.
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