Actualizado 02/10/2018 08:34

¿Por qué la élite empresarial de Brasil prefiere un presidente de extrema derecha?

Jair Bolsonaro
REUTERS / REUTERS PHOTOGRAPHER

   SAO PAULO/BRASILIA, (Reuters/Notimérica)

   La clase empresarial de Brasil está alentando silenciosamente al candidato presidencial de extrema derecha Jair Bolsonaro para que gane las elecciones del próximo domingo, temerosa de que vuelva un gobierno de izquierda a la economía más grande de América Latina.

   Ante los sondeos de intención de voto que lo declaran favorito, los mercados de divisas y de capitales de la nación se han encolumnado cada vez más detrás de Bolsonaro, un polémico legislador más conocido por sus exabruptos contra homosexuales y afrobrasileños que por su inclinación al libre mercado.

   Durante su carrera legislativa de 27 años, Bolsonaro ha votado repetidamente para preservar los monopolios estatales y contra la reforma del enorme sistema de pensiones públicas de Brasil.

   Pero su elección de un respetado banquero educado en la Universidad de Chicago, Paulo Guedes, como asesor económico, es suficiente para muchos inversionistas y empresarios. Algunos ven a Bolsonaro como la opción menos mala en lo que se perfila como un puja entre la extrema derecha y la extrema izquierda.

   Los encuestadores pronostican una segunda vuelta entre Bolsonaro y el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, el candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) que ha estado creciendo en las encuestas.

   Luciano Hang, propietario de la cadena de tiendas por departamentos de propiedad privada Havan, es uno de los pocos ejecutivos que apoyan abiertamente a Bolsonaro, cuya admiración por la dictadura militar de Brasil y la frecuente denigración de mujeres y minorías ha alejado a grandes sectores del electorado.

   Aún así, Hang estima que "más del 80 por ciento" de las personas en un consejo empresarial de 300 miembros al que pertenece apoyan a Bolsonaro ahora que los candidatos más moderados parecen sin oportunidades de llegar al balotaje.

   La creciente aceptación de Bolsonaro entre las élites empresariales brasileñas pone de relieve cómo un panorama político polarizado está conduciendo a los moderados a los extremos, y cómo los mercados están perturbados por una carrera presidencial abierta e impredecible.

   Bolsonaro es el actual líder entre los 13 candidatos presidenciales que se dirigen a la primera ronda de votación el 7 de octubre, con un 27 por ciento de intención de voto, según una encuesta realizada la semana pasada por Ibope.

   Pero aún está por verse si Bolsonaro ganará la presidencia. Si ningún candidato obtiene la mayoría el domingo, que es lo que está previsto, los dos más votados irán a una segunda vuelta electoral el 28 de octubre, cuando el mismo sondeo sugirió que Bolsonaro perdería ante Haddad por 4 puntos porcentuales.

   Haddad se ha estado reuniendo con los principales inversores para calmar los temores en torno al regreso del PT al poder. Conocido por su conducta apacible y tranquila, el economista ha manifestado posiciones ortodoxas sobre la inflación, los tipos de cambio y los déficits.

   Aún así, reconoció que abandonaría las reformas laborales y de gastos del impopular presidente saliente Michel Temer. Y dejó en claro que su eventual gobierno dirigirá a la petrolera estatal Petrobras como un vehículo de desarrollo y desbaratará la venta propuesta del negocio de aviones comerciales de Embraer a Boeing Co.

   Haddad recientemente tuiteó que el mercado era "una entidad abstracta que aterroriza al público".

SUPERMINISTRO

   Mientras tanto, los admiradores corporativos de Bolsonaro destacan que la selección de Guedes como consejero lo ayuda a despegarse de la retórica divisiva, de sus inclinaciones autoritarias y de sus opiniones sobre la economía de Brasil.

   Bolsonaro sugirió una vez, por ejemplo, que el expresidente Fernando Henrique Cardoso fuera asesinado a tiros por privatizar empresas como la minera Vale. Pero Guedes, actual jefe de la firma de gestión de activos Bozano Investimentos, es un férreo defensor de la privatización de Petrobras y del Banco do Brasil SA.

   Si es electo, Bolsonaro ha prometido convertir a Guedes en una especie de superministro a cargo de las finanzas, la planificación y el comercio, con amplia libertad para establecer la política económica.

   "Paulo Guedes le da mucha credibilidad a la candidatura de Bolsonaro", dijo Claudio Pacini, jefe de operaciones bursátiles brasileñas del corredor estadounidense INTL FCStone. "Junto con el miedo al ascenso de la izquierda, ambas cosas moderan a favor de Bolsonaro".

   Sin embargo, algunos se preguntan cuánto tiempo durará la alianza Bolsonaro-Guedes, incluso si el candidato es elegido presidente.

   "Bolsonaro es un converso reciente al liberalismo pro mercado: eso no es lo suyo, nunca ha sido lo suyo", dijo Mónica de Bolle, directora de estudios latinoamericanos de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Johns Hopkins en Washington.

   Para la comunidad empresarial, según un banquero de uno de los principales prestamistas de Brasil, un voto por Bolsonaro es una elección entre "lo horrible y lo extremadamente horrible".

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