Santos y Timochenko
ALEXANDRE MENEGHINI / REUTERS - Archivo

   BOGOTÁ, 16 Oct. (Notimérica) -

   Los acuerdos de paz alcanzados en noviembre de 2016 entre el Gobierno colombiano del entonces presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) podrían estar en peligro con el nuevo Gobierno del país.

   El ahora presidente de Colombia, Iván Duque, comenzó su legislatura asegurando que modificaría el pacto alcanzado con la guerrilla, porque en su opinión tiene "fallas estructurales".

   Anteriormente a esa declaración, las FARC, estructuras ahora en un partido político (con las mismas siglas), denunciaron otros eventos que entorpecieron la implementación efectiva de los acuerdos, como por ejemplo los asesinatos de exguerrilleros desmovilizados, el incumplimiento del Gobierno en la asignación de recursos y tierras para la reinserción de los excombatientes, y el encarcelamiento del excomandante Jesús Santrich.

REARME

   Duque se encuentra preocupado por la posibilidad de que algunos disidentes de las FARC se rearmen.

   Esto se produjo después de que el diario estadounidense 'The New York Times' difundiera fotografías de un grupo de guerrilleros entrenando en las selvas de Colombia.

   Fue ese testimonio gráfico el que confirmaría el comunicado en el que se anunciaba que algunos exguerrilleros volvían a armarse, alegando inconformidad con el proceso de entrega de los fusiles.

DISIDENCIAS

   La activista y académica colombiana Diana Nocua, aseguró para 'Actualidad RT', que "efectivamente" existen grupos disidentes de las FARC. Una situación que obedece a varios factores.

   "La poca voluntad política y presupuestaria del Gobierno" frente a la reincorporación de los excombatientes a la sociedad, se suma una "fractura al interior de las FARC", posterior a la firma del acuerdo de paz.

   "Mientras no exista voluntad política" para erradicar las causas estructurales que produjeron el conflicto armado, "será muy difícil construir realmente la paz territorial", estima Nocua.

   Al final de todo, se trata de solucionar un conflicto armado que durante más de 50 años dejó 262.197 muertos --de los cuales 215.005 eran civiles y 46.813 fueron combatientes--, según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto.

   Para el analista en conflictos armados y académico Víctor de Currea Lugo, el rearme de un sector de las antiguas FARC "no es un hecho aislado", y tiene que ver "con los graves errores" cometidos a la hora de la implementación de los acuerdos de paz.

   "Las élites colombianas no se sienten obligadas a implementar lo acordado", ya que no consideran el conflicto armado "desde sus causas económicas, políticas y sociales, porque para ellos, es un problema que se reduce a lo militar", indica Lugo.