LA HABANA, 15 Ago. (Notimérica) -

   Este viernes 14 de agosto ha sido un día histórico para el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. La bandera de Estados Unidos se ha izado en la recién inaugurada Embajada de La Habana.

   Con el secretario de Estados Unidos, John Kerry, como encargado de izar la bandera estadounidense, acompañado por guardias de la Marina vestidos con el uniforme de honor, la bandera se ha izado en la explanada que preside la Sección de Intereses para elevar su rango, de una vez por todas, a embajada.

   La bandera ha llegado de las manos de los tres marines retirados que en 1961 tuvieron que arriarla ante la precipitada salida de Estados Unidos de la isla caribeña. Jim Tracy, Mike East y Larru Morris han completado hoy su misión. "Promesa hecha, promesa cumplida", ha proclamado el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, el maestro de una emocionante ceremonia a la que ha acompañado un soleado día en la capital cubana y la solemnidad de los grandes momentos.

   Kerry ha abogado por que "estadounidenses y cubanos se encuentren como dos pueblos que ya no son enemigos, sino vecinos", recalcando el "beneplácito" de la Casa Blanca a "este nuevo comienzo" entre Washington y La Habana.

   LOS CUBANOS, ESCÉPTICOS SOBRE LOS CAMBIOS

   Los ciudadanos cubanos no daban crédito de los que estaba pasando: un secretario de Estado estadounidense dándole un discurso al Gobierno comunista de la isla acerca de la democracia y los derechos humanos en la televisión estatal.

   A pesar del discurso optimista dado por Kerry, muchos dudan que se produzcan grandes cambios. "Lo que hace falta es que se hagan todas esas cosas que se están diciendo. ¿Si se habla y nada más? Vamos a ver", dijo una ciudadana cubana. Los disidentes cubanos creen que Obama está haciendo un esfuerzo real por lograr un cambio pero que Castro se mantendrá firme y no cederá el poder que tiene el Partido Comunista.

   "No, no va a cambiar nada porque el gobierno norteamericano demuestra buenas intenciones pero el régimen cubano no, sino todo lo contrario", dijo José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), el mayor grupo disidente de la isla. Como otros disidentes, Ferrer no fue invitado a la ceremonia de izamiento de la bandera, pero sí se reunió con Kerry en la residencia estadounidense.

   Pese a su escepticismo, Ferrer quedó impactado por la imagen de la transmisión del mensaje de Kerry en la televisión estatal cubana. "En Cuba es muy difícil que alguien oiga esto en la televisión. Entonces eso es positivo para la causa que llevamos adelante", sostuvo.

   Los cubanos en general están satisfechos con el deshielo en las relaciones entre La Habana y Washington, pero tienen opiniones divergentes sobre si eso podría mejorar sus vidas. Muchos esperan que el ingreso de turistas y empresas de Estados Unidos impulsen la actividad en la isla, aunque por ahora el embargo se mantiene y la economía cubana sigue siendo débil.

   "Yo con un salario no me puedo mantener", declaró a Reuters Isabel Valencia, de 44 años, que tiene un negocio de pastelería en La Habana y que se quedó en Cuba mientras la mayoría de su familia se fue a Estados Unidos. "Ese es el cambio que yo quisiera ver: ganar suficiente para vivir, no hacerme rica ni nada".

   En Camagüey, en el este de la isla, Anaida Morales comentó que "hace falta que el gobierno cubano también actúe en consecuencia y sea un poco mas flexible para que la población pueda ver a los beneficios".

   Mientras algunos cubanos se preguntaban sobre su propio Gobierno, otros dudaban que Estados Unidos estuviera listo para cambiar y opinaron que tiene poca credibilidad en temas de derechos humanos. "Estados Unidos quieren hacer ver que son los que practican la verdadera democracia. ¿Pero quién ha hecho más barbaridades en el mundo que los Estados Unidos? ¿Quién ha invadido aquí a todos los países latinoamericanos, incluyendo a Cuba? Estado Unidos", acusó Melanio Martínez, de 79 años.

   Tanto Washington como La Habana dicen que habrá obstáculos y disputas en el futuro. Pese a las modestas reformas desde que asumió el mando en la isla en el 2008, Castro ha dejado claro que no tiene intenciones de permitir cambios políticos rápidos.

   Félix López, cerrajero en La Habana, se preguntaba cuánto más progreso podría ver. "Dicen que esto va a ser a largo plazo, pero si el plazo es muy largo, yo no lo voy a ver. ¡Tengo 65 años!", dijo López. "Esta es una población de personas mayores. Ambas partes tienen que apurarse porque cada día las necesidades son más".

   CRÍTICAS DESDE EL CONGRESOS ESTADOUNIDENSE

   Como era de esperar, las críticas desde el bloque del Congreso estadounidense contrario a la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana no se han hecho esperar. Nada más inaugurarse la embajada, se retomaron las críticas contra el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

   El senador demócrata Robert Menendez lamentó en un comunicado que "una bandera que representa la libertad ondea en un país gobernado por un régimen represivo que niega la democracia y los derechos fundamentales a su pueblo". Para Menendez, esta imagen representa una "política equivocada" empleada por Obama, la cual "recompensa la brutalidad del régimen de los hermanos Castro".

   En la misma línea se ha expresado el senador republicano Marco Rubio, el cual critica que Obama "recompense a los Castro por sus tácticas represivas en contra de los intereses estadounidenses". "Ha conseguido que el régimen cubano tenga legitimidad y financiación internacional", reprochó Rubio.

   CREACIÓN DE UNA COMISIÓN BILATERAL

   Tras la izada de la bandera, Estados Unidos y Cuba han acordado crear una comisión bilateral para así resolver los "temas pendientes" que quedan entre ambas naciones y así llegar a la plena normalización de las relaciones diplomáticas.

   Los ministros de exteriores de Estados Unidos y Cuba, John Kerry y Bruno Rodríguez anunciaron en una rueda de prensa conjunta que como parte de la nueva etapa que comienza entre los países, "hemos decidido establecer una comisión bilateral para definir los temas que deberán ser acordados en los inmediato", dijo Rodríguez en la rueda de prensa celebrada en un hotel de La Habana.

   El fin del bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impuso a Cuba en 1960 y la devolución de la base naval de Guantánamo son dos de los puntos clave de una agenda "complicada", ya que "se han acumulado a lo largo de más de 50 años" y ambos países tienen "concepciones distintas y diferencias profundas", según aseguró el ministro cubano. Sin embargo, el propio Kerry ha reconocido que el levantamiento del embargo es uno de los pasos fundamentales para normalizar las relaciones.

   "También consideramos necesario avanzar en el tema de las compensaciones por los daños económicos y humanos sufridos por el pueblo cubanos", ha añadido. "Al igual que aspiramos a que se respeten la soberanía de Cuba y los asuntos internos", ha remarcado. Ante este punto de vista, Kerry ha indicado que las comepensaciones deberán comprender también las destinadas a los estadounidenses, "no solo las de una parte".

   "También hablaremos de cosas que nos inquietan, como los Derechos Humanos", apostilló Kerry, que durante el discurso de apertura de la Embajada en La Habana abogó por que los cubanos puedan disfrutar de "una democracia genuina". "Es un tema sobre el que estamos dispuestos a conversar", contestó Rodríguez.

   A estos dos puntos se les ha añadido otros temas a discutir como la inmigración, la trata de personas, el narcotráfico y la aviación civil, lo que conlleva a una agenda bastante completa que ambos países tendrán que discutir para llegar a un punto común y cerrar este episodio.

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