La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha reconocido este viernes que, si bien las demandas sociales exigidas por la población durante las manifestaciones del pasado mes de junio "son parte intrínseca en la construcción de la democracia", el Mundial de Fútbol, blanco de las críticas de muchas de las reivindicaciones, es una buena oportunidad de crecimiento para el país.