Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que la pérdida de función de linfocitos T CD4 altera la microbiota intestinal y, en consecuencia, acelera el envejecimiento celular, contribuye a la inflamación crónica y aumenta el riesgo de aparición de enfermedades múltiples.