Actualizado 31/03/2015 18:28

El caso Nisman languidece entre disputas judiciales y ataques personales

Cartel de Todos somos Nisman
Foto: REUTERS

BUENOS AIRES, 31 Mar. (Notimérica) -

   Más de dos meses después de la muerte del fiscal Alberto Nisman, que había denunciado a la presidenta argentina por encubrir a los culpables del atentado a la AMIA, la investigación sigue estancada a causa de la lentitud judicial, las disputas entre la fiscal y la querella y los ataques personales contra Nisman.

   Cuando Argentina amaneció el lunes 19 de enero con la noticia de la muerte del fiscal que había denunciado a Cristina Kirchner unos días atrás, un sector de la población rápidamente culpó al Gobierno por la muerte, mientras otro defendió la posibilidad del suicidio o de que fuera un asesinato orquestado para dañar a la presidenta.

   Desde el oficialismo hubo voces --incluso de miembros del Gobierno-- que denunciaron que detrás de la muerte de Nisman estaba una parte de los servicios de inteligencia a los que Cristina Kirchner había intentado quitar protagonismo.

   La investigación ha avanzado de forma lenta y confusa desde los primeros días, cuando la propia fiscal ordenó en numerosas ocasiones volver al departamento de Nisman para registrarlo, como muestra evidente de que no se habían realizado las investigaciones pertinentes en su momento.

   De hecho, hasta un mes después de la muerte no se utilizó en la escena el famoso luminol, método forense popularizado por las series de televisión policiales, cuya función es descubrir trazas de sangre ocultas a vista de ojo por haber sido limpiadas.

   A mediados de febrero, además, una testigo del operativo de recolección de pruebas relató que las pruebas se habían alterado, si bien después modificó algunas de las declaraciones.

   Varias fotos de la investigación que se filtraron en marzo, en cambio, confirmaron algunas informaciones, como el elevado número de personas que había en el departamento o el descuido con el que parecen tomarse algunas pruebas --sin siquiera utilizar guantes--.

DISPUTAS JUDICIALES

   La exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, que además es jueza federal, se presentó como parte querellante en nombre de sus hijas y presentó su propio equipo de peritos, que realizaron un informe sobre la muerte de Nisman.

   El día 5 de marzo, Arroyo Salgado dio detalles del informe, según el cual Nisman no se suicidó, sino que "lo mataron", dijo en rueda de prensa. Sin embargo, la fiscal Viviana Fein, a cargo del caso, dijo que eso no podía ser confirmado.

   De hecho, decidió la creación de una junta médica con los diversos peritos para llegar a una conclusión al respecto, pero la jueza Fabiana Palmaghini la suspendió a pedido de Arroyo Salgado, debido a su discrepancia con algunos puntos de la pesquisa forense.

   Las disputas entre Fein y Arroyo Salgado han ido en aumento y han convertido el caso Nisman en una suerte de culebrón judicial con acusaciones cruzadas en la prensa, hasta el punto de llegar a declaraciones novelescas como las de este fin de semana: "Arroyo Salgado debería decirme sus quejas a la cara", señaló Fein en televisión.

ATAQUES CONTRA NISMAN

   Además de las disputas judiciales, se ha producido una operación de desmitificación del fiscal ante la opinión pública a través de acusaciones personales, en ocasiones graves y en ocasiones rocambolescas.

   Uno de los primeros intentos de desacreditar al fallecido fue la insinuación de que era homosexual, algo que llegó a decir públicamente un senador nacional del oficialismo, aunque después se filtraron numerosas fotos del fiscal con jóvenes modelos y mujeres.

   Además, desde el boletín de noticias del Ministerio de Justicia y el diario 'Página 12' publicaron a principios de marzo que Nisman estaba borracho en el momento de la muerte, una información que resultó ser falsa.

   Poco después, se supo que Nisman compartía una cuenta bancaria con el informático de la causa AMIA y actual único imputado en la causa por presuntamente haber prestado el arma, Diego Lagomarsino, quien dijo que Nisman se quedaba con la mitad de su sueldo.

   El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, llegó a afirmar: "Nisman era un sinvergüenza que usaba dinero de AMIA para salir con minas y pagar ñoquis", siendo esta la palabra que se utiliza en Argentina para cargos fantasma a los que se paga sin trabajar, normalmente a cambio de favores.

   A más de dos meses de la muerte de Nisman, entre lentitud judicial, disputas y ataques, la investigación ha quedado diluida y el Gobierno parece haber esquivado una crisis institucional que, sin embargo, le ha hecho perder parte de la valoración positiva en la población, según varias encuestas.

   Con la crisis del caso Nisman, su acusación contra la presidenta --que de momento ha sido tumbada en dos instancias-- y la crisis económica del país, el oficialismo tendrá una dura tarea para ganar en las urnas provinciales y nacionales en los próximos meses.