La política de "tolerancia cero" con la inmigración prometida por el Gobierno de Donald Trump en la frontera entre Estados Unidos y México ha provocado la separación de cientos de familias y que niños de corta edad --incluso de un año-- hayan quedado recluidos sin sus padres, lo que ha generado una ola de críticas de quienes consideran esta medida no solo innecesaria, sino también contraria a los Derechos Humanos.