La nadadora española Ona Carbonell tiene claro lo duro que fue el tener que compaginar su labor de madre y su sueño de participar en Tokyo 2020, un proceso en el que le sorprendió "de lo que es capaz el cuerpo y la mente de una mujer", pero en el que también hubo momentos en los que dudaba de si estaba siendo "buena madre y buena deportista", al tiempo que pide más ayudas para que la maternidad no sea un impedimento para la carrera deportiva de una mujer.