A simple vista parece un detalle decorativo o una marca para diferenciar zonas de uso -como la parte destinada al rostro o al cuerpo-, pero la franja tejida que aparece en muchas toallas de baño no tiene un propósito estético. Tampoco está pensada para indicar de qué lado debemos secarnos. Su función es mucho más práctica y está directamente relacionada con la calidad y el comportamiento del tejido.